domingo, 31 de mayo de 2009

una viuda y la muerte

Tienes una espina en el pecho,
que derrama la hiel de tu rosa sobre tu cuerpo
Te acuestas en las noches con la muerte, con un extranjero
en tu lecho, con un rosario debajo de la cicatriz
Que se oculta con tu largo cabello negro.
No te ocultas, te entregas y das amor
a todo aquel que lo quiera a cambio de simples monedas,
sin mentiras, sin prejuicios, sin caprichos indecisos.
Cuidando en la calle tu pequeño espacio de pared
para ver si algún amigo se quiere aparecer.
Escondida en las sábanas blancas
Bañadas con la sangre de tu cuerpo, del dinero,
Con las tentaciones que transpiran tus piernas
Enredadas en la cama, atadas junto a mi deseo.
Qué profundos son tus ojos cuando duermo
Qué liviana es la neblina que roza tu rostro satisfecho,
Donde tu cigarro se consume hasta el filtro con placer
Exhalando con la tranquilidad de un silencioso y cálido asesino.
Ya no dormirás a solas en las noches,
Que la viuda arrulla tu sueño a cambio de tus amores,
Hasta que se corta en tu voz un abrupto suspiro
Y tu amiga te canta al oído las buenas noches.

1 comentario:

  1. Este es muy bueno.Nunca se me hubiera ocurrido escribir de esta forma sobre la muerte y sobretodo describir la relación entre viuda y muerte de la forma en que lo haces...sigue escribiendo que eres bastante bueno en ello y pues ahí si tienes tiempo date una vuelta por mi blog.

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