jueves, 19 de julio de 2012

Callando


Yaces en la sombra, en la sutil penumbra,
Como recuerdo que no alumbra pero toca con dulzura.
Eres la fantasía de mi traición, mi locura encarnada,
La tentación que mi labio extiende a tu regazo.
Pero de ti sólo tengo tus retazos, el boceto de tu amor,
Y con gusto los guardo, con emoción clandestina.
Porque sé que no me puedes dar mucho, que no eres mía.
Y sé, más aún, que nada puedo yo a ti darte.
Pero la intención de tu cariño me llena el alma y la entibia
Y la sonrisa en su esbozo guardo con recelo y arte.
Así como sé también que tú guardas mi cariño en tu cuerpo
Y deslizas la caricia de mi mirada como dedos en tu cuello.
No nos hace falta más amor que el que no nos damos,
Aunque sea en la muda imaginación, en el sigilo franco.
Yo acaricio tu suspiro en el silencio y en él te guardo,
Sólo dame la intención de cariño en tu sonrisa; yo te seguiré callando.  

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