viernes, 24 de abril de 2009

los secretos del edén

Mientras caminaba por los senderos del edén
Pude oír a lo lejos el grito silencioso del viento,
Y de entre la maleza apareció una figura etérea e incorpórea
Mientras sollozaba con su voz muda.
Solo me miraba y callaba sus palabras, la traté de tocar
pero parecía alejarse cada vez más.
Entre más la miraba más imposible me era apartar sobre
Ella mi fugitiva mirada.
Me guió a través de un camino de rosales espinosos,
Mi cuerpo se desangraba poco a poco, pero no paraba
De caminar, no la podía dejar de seguir.
Me quería decir sus secretos y lacónica ella en su mirada
No me revelaba nada.
De cuando en cuando me dejaba ver sus ojos
Para no pensar en las heridas hechas por el rencor de las espinas.
Al final de ese camino entroncado ella paró y se volvió a mí,
Advertí que algo me quería decir, pero no podía escuchar,
Estaba demasiado cansado para oír su débil voz,
Como si hablara para ella misma.
Por fin el viento dejó de murmurar con los arbustos
Y su voz siguió el flujo del aire hacia mis adentros.
Entendí todo en ese momento,
No cabe duda que las palabras más hermosas están encerradas en los secretos.

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